miércoles, 1 de octubre de 2014

Crónica de la 36ª Cursa de la Mercè

[Sí, vuelvo a ir con mucho retraso, pero es que estoy en una época de muchos frentes abiertos, y además estaba a la espera de unas fotos (ya las pondré cuando las tenga).]

Como ya sabréis, ayer tenía previsto correr la 36ª edición de la Cursa de la Mercè. Al final -por cuestiones X- no fui, así que no tengo mucho más que contar. Vaaaaaale -me habéis pillado-, es broma. Pues eso, que al final fui. Me levanté sobre las 7:45h, desayuné algo más o menos ligero, y me fui para el metro. En el convoy el ambiente runner era espectacular. En Plaza España y Avenida María Cristina (Fira de Barcelona), pasadas las 9h, ya ni os cuento. Las colas para entrar en los (escasísimos) urinarios portátiles eran una pasada. Algo a mejorar por parte de la organización. No es lo suyo invitar a 18.000 personas a hacer sus cosas en setos y otros sitios no aptos para ello. Dicho esto, yo me fui hacia el último cajón (el blanco), dado que no tenía marca acreditada, y me puse a rodar y a hacer progresivas. Ni molestias ni grandes sensaciones. Enseguida me puse en la zona de salida, aunque ya había a cientos y cientos (no sé cuántos) de personas de mi cajón delante. El reto, a estas alturas de mi vida runner, era ser Sub50'.

Hacia las 9:30h se debió dar la salida, pero los del cajón salíamos a las 9:43h. Así que tocó esperar un poco, y por tanto enfriarse bastante. Cuando se dio nuestra salida (la tercera) aún tuve que esperar un buen rato para comenzar a caminar. Y, por fin, tras unos 300m andando, pude empezar a correr. Fue a pocos metros del arco de salida, y más de 13' después del disparo de salida. Y como ya imaginaréis lo de correr fue un poco complicado durante los primeros metros. Cruzarte, que se te crucen, esquivar gente (niños, carros de bebés, etc.) y casi todo lo que podáis imaginar. Bueno, también tiene su punto de gracia. El caso es que no llevaba ni 100m corriendo cuando noté ciertas molestias por la zona de los pulmones y el corazón. Algo que da bastante respeto. Por eso decidí ir con bastante calma, hasta ver si era algo anecdótico o no. El caso es que enseguida se me pasó y pude correr con normalidad. Quiero decir: con la normalidad que os seguís imaginando. Realmente había más gente de lo que pensaba (y unas obras en Paral·lel no ayudaban). Así que en los primeros kilómetros fui corriendo bastante en zig-zag, a frenazos y aceleraciones, a ahora acera y luego carretera. Y, la verdad, en los últimos kilómetros también.

Sin reloj, ni pulsómetro, ni GPS, los puntos kilométricos eran casi mi única referencia. Eso y los ritmos de los runners. Sin duda, en lo primeros kilómetros (sobre todo en la Gran Via), fue importante para mí. Me acercaba poco a poco a los runners con mayor ritmo, los pasaba, y seguía hacia adelante.

En el km 5 (ecuador de la prueba) se situaba el único punto intermedio. Pasé por allí con más de 39' respecto al disparo inicial, lo que debían ser unos 26'. Luego sabría que en realidad pasé con 25'22". En todo caso, iba con tiempo perdido. Para colmo, el segundo 5K de La Mercè es más lento que el primero. Vamos, que bajar de 50' era casi imposible. Enseguida llegó el tramo ascendente para volver a llegar al Arco del Triunfo. En ese tramo se situaba el avituallamiento. En las primeras mesas conté hasta 0 botellas de agua. Después había algunas mujeres dando, pero realmente no llegaban para todos (como dicen muchos, otra cosa que los organizadores deberían mejorar). Además daban las botellas cerradas, algo que a muchos no gusta, y es que puede hacerse bastante complejo abrir una botella mientras vas un poco al límite de tus fuerzas. En todo caso, yo sí cogí una botella de agua, y le quité el tapón sin problemas. Bebí varios sorbos pequeños y me tiré algo por encima (piernas sobre todo). Y eso me ayudó (supongo que es algo más psicológico) para abrir un poco de gas.

Aún así, el tramo entre el km 5,5 y el 8 se me hizo larguísimo. No acaba de encontrar mi ritmo, pero era algo normal al no tener tiempo para entrenar más de 6km al día (con suerte). Por suerte podía correr con algo más de libertad, puesto que se aglomeraba algo menos de gente. Tras pasar el km 8, ya en el tramo favorable de la Calle Viladomat, empecé a encontrar mi ritmo. Lo malo es que volvía a aglomerarse bastante gente (calle relativamente estrecha, coches aparcados, etc.). De hecho, llegué a un punto donde no podía pasar, puesto que había unas chicas delante de mí, e iban tan pegadas a los coches que no había espacio. Por suerte, una de las chicas se dio cuenta, se abrió, y me permitió pasar. Yo se lo agradecí con la mano (y se lo agradezco ahora también). Y es que perdí unos segundos, pero podrían haber sido bastantes más.

Llegué a la Avenida del Paral·lel, ya hacia el km 9, ¡y cómo se hacia notar la suave subida! Fue cerca de un km de tortura en que me costó coger el ritmo adecuado. Aún así, a ratos iba al ritmo que más o menos podía ir (cerca de los 4'30"/km). Al llegar a la plaza que recibe el nombre de España, y encarrilar la recta de meta, miré el crono del arco final. Ya estaba por encima de 1h 03'. Por tanto, yo debía estar en unos 50 minutos. Qué putada. Aún así, busqué el sitio para esprintar y ganar unos segundos. Lo que hice fue correr muy cerca del vallado de la izquierda. Llegué muy fuerte a meta (quizá tenía más de lo que pensaba), y casi me como a una chica justo al llegar a meta. De hecho tuve que chocarme, mientras saltaba, con el hombro en el interior del pilar izquierdo del arco de meta. Fue bastante curioso (quizá lleguéis a verlo hacia el 0:14 de este vídeo). Llegué con una 1h 04' 14". Por tanto, pensé, que yo había hecho 50' y pico.
[ Captura del vídeo de la llegada a meta. -Imagen: corriendovoy-]

Al llegar a casa, mi hermana Mayte miró los resultados. Había hecho ¡49'52"! Es decir, había superado el reto por sólo 8". Y es cuando piensas que cualquier detalle puede marcar la diferencia. Sin duda, los parciales habían salido bastante raros (ya digo que la segunda parte era más exigente): 25'22" y 24'30". Supongo que se notó bastante el correr con algo menos de apreturas. En la clasificación, fui 3871º. Así que pese a ser un resultado muy discreto, pues bien contento. Para lo entrenado, para no salirme el mejor día (tampoco fue malo), para no poder correr a mi ritmo (por la gente) en buena parte de la carrera, por hacer algunos metros de más, etc. pues contento.

[Detalle del diploma en donde se acredita el tiempo. -Imagen: ChampionChip-]

Ahora seguiré entrenando (a ver si tengo más tiempo) de cara a mi próximo reto: hacer un buen 16è Cros de Sant Cugat (algo más de 5km por césped y tierra), pero eso no será hasta el 16 de noviembre. Será mi primer objetivo de la temporada. Sin duda, con la experiencia del año pasado (organización, recorrido, ambiente) tengo muchas ganas de volverlo a correr.

Por último, quería agradecer el apoyo que me dais  y que me ayuda seguir entrenando y a hacer las cosas bien. Y también agradecer que sigáis este blog.

Un abrazo a tod@s.

[Vaaaaaaaaaale, esta tampoco ha sido mi mejor crónica, pero es que tengo poco tiempo y muchas cosas en la cabeza (Alberto -> LOVE -> Excusas). Vendrán mejores.]

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